Una actitud de agradecimiento

Es sencillo agradecer cuando nos dan algo que nos gusta, la actitud de agradecimiento es muy fácil cuando recibimos cosas buenas y aún más si estas fueron dadas generosamente. Es fácil agradecer por los regalos de navidad o de cumpleaños, o por aquella bendición que llegó justo en el momento adecuado para suplir una necesidad.

Pocas veces pensamos en ser agradecidos al momento de dar algo, pero es verdad que damos porque por gracia hemos recibido y eso también debemos agradecerlo. En muchas ocasiones, olvidamos darle gracias a Dios porque nos permite bendecir a otros o sencillamente por todo lo que Él nos ha dado y con lo que nos ha bendecido generosamente.

Cuando agradecemos a Dios por todo lo que Él nos ha dado, debemos hacerlo de forma sincera y genuina, agradecer por absolutamente todo lo que nos ha entregado y permitido vivir. En este agradecimiento podemos olvidar que, si somos justos y vivimos de acuerdo con Sus mandatos, entonces todo lo que nos da es bueno: “Díganles a los justos que a ellos les irá bien en todo. ¡Disfrutarán de la rica recompensa que se han ganado!” Isaías 3:10.

Esa palabra “todo” incluye los buenos momentos, las bendiciones, las oraciones contestadas y toda buena acción que podamos pensar, pero también incluye los momentos de prueba, las situaciones de dolor y llanto, los tiempos de estrés, preocupación y cansancio. Su Palabra dice que a los justos les irá bien en todo, por lo que sabemos que incluso en esos momentos de prueba podemos confiar en Él.  

En los días de dificultad, es todo un reto agradecer a Dios por lo que estamos atravesando, no sé si este es su caso, pero siendo sincera, ha sido el mío muchas veces, y aun me encuentro constantemente con que estoy siendo malagradecida con lo que Dios me ha dado, en especial con lo que a mí no me gusta, pero que Dios sabe que necesito vivir. Es fácil darle las gracias a Dios cuando nos ha dado algo bueno y que nos gusta, pero es difícil cuando la respuesta no llega o nos duele lo que vivimos, es ahí donde debemos recordar que Él nos va perfeccionando todos los días hasta Su regreso (Filipenses 1: 6), de este modo, todo es para bien, todo nos perfecciona un poquito más.

También me he encontrado muchas veces en la posición de decirle a Dios: “Si me respondes esta oración, seré muy agradecida”. No está mal que yo le agradezca a Dios por responderme, de hecho, debería hacerlo, pero la actitud de agradecimiento es algo que yo decido tener en mí en todo momento, no sólo cuando Dios responde de la manera que yo quiero que lo haga. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de decidir si desea afrontar las cosas con una actitud agradecida o de reproche.

Eclesiastés 11:4 dice: “El agricultor que espera el clima perfecto nunca siembra; si contempla cada nube, nunca cosecha”.

Para agradecer a Dios no podemos esperar a que las circunstancias sean perfectas, que no tengamos problemas y que todo en nuestras vidas sea fácil. Debemos decidir una actitud de agradecimiento por Su generosidad para con nosotros, Su generosidad no solo incluye las cosas lindas que nos da sino también los momentos de prueba que nos perfeccionan. En todos los momentos podemos y debemos agradecer, creyendo por la fe en nuestro Señor, que todo será para bien y que hay un gran propósito para nuestras vidas con cada situación que pasamos. Esa es una de las características hermosas de la naturaleza de Dios, Él es bueno por naturaleza, esto no va a cambiar y podemos descansar en la verdad de que nuestro buen Dios nos dará buenas cosas, sean estas fáciles o que requieran mayor esfuerzo de nuestra parte.

“Haz que la gratitud sea tu sacrificio a Dios y cumple los votos que le has hecho al Altísimo. Luego llámame cuando tengas problemas, y yo te rescataré, y tú me darás la gloria” Salmos 50:14-15

La primera parte de este versículo nos llama a tener una actitud de agradecimiento a Dios, hacer de la gratitud algo que entregamos a Él siempre. También dice que luego de ofrecer nuestro agradecimiento entonces lo llamemos y Él nos ayudará en las pruebas y le daremos toda la gloria a Él por hacerlo.

Es decir, se nos pide ser agradecidos, para esto, nosotros determinamos la actitud: decidimos darle gracias a Dios o ser malagradecidos con lo que afrontamos. De igual forma se nos enseña que habrá momentos complejos, pero dice que Dios nos ayudará en ellos, no estamos exentos de las tribulaciones.

Finalmente, de manera sencilla y comprendiendo que esto no es fácil para ninguno de nosotros, le invito a que agradezcamos continuamente a Dios por todo lo que Él generosamente nos ha dado, tanto las por las bendiciones y los buenos momentos, como también por las dificultades y pruebas. Porque en todo Dios ha sido el mismo, sigue siendo generoso en Su amor, fidelidad, cuidado y todas las promesas que nos ha dado.

No ha dejado de ser generoso en el cuidado y amor que nos da, dedemos agradecer Su generosidad.

Con cariño,

Daniela Jiménez, alguien que sigue aprendiendo a ser agradecida.

Ministerio de Jóvenes

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