Vivimos en un mundo donde, desde etapas iniciales de nuestra vida, se nos pide dar un poco más de lo que nos toca hacer: ayudar a amigos, vecinos o familiares en situaciones que nos piden; hacer favores para alivianar una carga o una necesidad; en el trabajo, quedarnos horas extras que muchas veces no son remuneradas, etc.
Por el trabajo que desempeño me toca muchas veces, experimentar o aplicar esto, en mi caso la milla extra involucra quedarme fuera de horario haciendo cirugías para salvar la vida de alguien, ayudar a personas que me piden favores en áreas del hospital que no me corresponden, pero que con gusto lo hago.
Muchas veces me ha tocado descuidar a mi familia o mis pasatiempos por ayudar en esas áreas, perderme cumpleaños, fiestas familiares o sacrificar muchas horas de sueño.
Vivimos en un mundo que se mueve por la ley del mínimo esfuerzo: “¿Qué es lo menos que puedo hacer y aun así cumplir?
Pero Jesús nos llama a vivir de una forma radicalmente diferente. Nos llama a ir más allá de lo requerido, a dar más de lo que se espera, a vivir la milla extra.
I. ¿Qué significa dar la milla extra?
En tiempos de Jesús, los soldados romanos podían obligar a un judío a cargar su equipo por una milla. Era una ley opresiva, pero Jesús no dijo: “Reclama tus derechos” o “Hazlo con amargura”, sino: “Ve dos millas.”
Dar la milla extra es:
- Hacer lo correcto sin que te lo pidan.
- Servir con amor cuando podrías negarte.
- Dar cuando ya diste mucho.
- Mostrar gracia cuando sería más fácil juzgar.
II. La milla extra revela el carácter de Cristo
Jesús mismo vivió la milla extra:
No solo sanó, también tocó al leproso.
No solo perdonó, también intercedió por sus enemigos en la cruz.
No solo murió, resucitó para darnos vida.
Cuando vivimos así, mostramos al mundo una fe viva, atractiva y real.
III. La milla extra transforma relaciones
En el matrimonio, la milla extra es perdonar cuando no hay disculpas.
En el trabajo, es dar excelencia incluso si nadie lo nota.
En la iglesia, es servir aunque no haya reconocimiento.
La milla extra rompe barreras, suaviza corazones y abre puertas.
IV. ¿Por qué vivir la milla extra?
1. Porque Dios lo ve (Mateo 6:4)
Nada que hagas por amor se pierde. Aunque los hombres no lo vean, Dios sí.
2. Porque siembras para una cosecha mayor (Gálatas 6:9)
Cada milla extra es semilla que traerá fruto a su tiempo.
3. Porque Jesús lo hizo por ti
Él fue la milla extra para nuestra salvación. ¿No haremos nosotros lo mismo por otros?
Quizás hoy te sientes cansado, subestimado o tentado a hacer solo “lo mínimo”, pero Jesús te llama a una vida abundante, generosa y sobrenatural.
La milla extra es donde ocurren los milagros.
La milla extra es donde Dios se revela.
La milla extra es donde lo ordinario se vuelve extraordinario.
El dar la milla extra con nuestro prójimo o en las cosas de Dios, siempre va a traer una recompensa gratificante a nuestras vidas, porque a eso nos invita la Biblia.
Ver una sonrisa en alguien que ayudas, ver a una persona cumplir una meta por algo que hiciste por ella, devolver esperanza a alguien que ya la había perdido, son recompensas que podemos disfrutar al dar la milla extra.
En el ámbito espiritual, vamos a ver muchas bendiciones cumplirse en nuestras vidas por dar la milla extra.
En la Biblia tenemos múltiples ejemplos de ello, como en Mateo 5:41 que Jesús, nos da una enseñanza de vida: “y cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos…”
Los motivo a dar más de lo que se les pide en todas las áreas de la vida y no solo a hacer el trabajo que les corresponde, eso traerá mucha satisfacción y bendición a sus vidas.
Bendiciones
Christian Umaña Blanco
LÍDER HOMBRES CASADOS